lunes, 16 de junio de 2008

El cierre norte de la M-50 es una obra ilegal, despilfarradora, impactante y contraproducente



Un gran número de organizaciones ciudadanas, englobadas en torno a la “Plataforma M-50 No” (San Sebastián de los Reyes y Alcobendas), la Coordinadora Salvemos la Sierra, el Foro por la Movilidad Sostenible de la Comunidad de Madrid, Izquierda Unida de Las Rozas, Izquierda Independiente Iniciativa por San Sebastián de los Reyes y Ecologistas en Acción, han presentado sus argumentos contra el cierre Norte de la M-50 (M-61 para la Comunidad de Madrid). Se trata de un proyecto que en la actualidad se encuentra en período de información pública.

A juicio de las organizaciones mencionadas, este proyecto ilegal, no resolverá sino que agravará los problemas de tráfico, supondrá un tremendo despilfarro de fondos públicos y tendrá un fortísimo impacto ambiental. Por estos motivos, anuncian que si la Comunidad de Madrid no lo abandona, recibirá una contundente oposición social.

Un proyecto ilegal. La legislación de carreteras de la Comunidad de Madrid obliga a que cualquier intervención en las mismas se enmarque dentro de un Plan de Carreteras. Sin embargo, según la normativa estatal y europea, cualquier plan de estas características debe someterse a evaluación ambiental estratégica, es decir, se deben analizar de forma previa, las repercusiones ambientales de todas las actuaciones en su conjunto. Este es el motivo por el que después de presentar su Plan de Carreteras 2007-2011, tras las denuncias ecologistas empezara a hablar de un “listado de obras”. Pero cambiar el nombre de las cosas no modifica su naturaleza por lo que cualquier intervención que se realice sin la previa evaluación ambiental estratégica resulta claramente ilegal.

Despilfarro de fondos. Se trata también de una obra tremendamente alta en a recursos, que tendrían mucha más rentabilidad social si esos fondos fueran destinados a otros ámbitos (mejora de la sanidad, educación, etc.) Efectivamente, el Gobierno regional cifraba en 2.300 millones de euros su coste (ya se habla de 2.900), y aunque pretende hacernos creer que serán financiados por las empresas concesionarias, lo cierto es que, como no puede ser de otro modo, el coste recaerá sobre los contribuyentes vía peaje en la sombra y otros mecanismos de concesión.

No mejorará los problemas de tráfico. El hecho de que la zona metropolitana madrileña sea simultáneamente la que más autovías tiene de toda Europa –en relación a su población y sólo por detrás de Singapur para el resto el mundo– y la que más atascos registra, deja muy claro la dinámica actual: cualquier ampliación del viario tiene un “efecto llamada” de vehículos que en cuestión de meses anula sus pretendidas ventajas de desembotellamiento. De esta manera, la creación de nuevas infraestructuras genera más tráfico y traslada los puntos críticos –con congestión incrementada– de unos lugares a otros. Además, habitualmente las nuevas infraestructuras, como este cierre de la M-50, facilitan la circulación entre los atascos de origen y destino, a través de un trazado que suele ser más largo que el anterior. La combinación de estos factores –más tráfico, más congestión y mayor dispersión– genera, por ejemplo, aumentos del consumo de combustible o del tiempo de recorrido que anulan los supuestos beneficios.

Un gran impacto ambiental. La peor estrategia posible contra el principal problema ambiental al que nos enfrentamos a nivel global -el cambio climático- es seguir construyendo autovías. Pero, además, la Comunidad de Madrid tiene un tremendo problema de contaminación del aire y de contaminación acústica que también se verá incrementado por esta autovía si se lleva a cabo. Además, están los daños a espacios protegidos tan relevantes como el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, que se verá cercenado en dos lugares por esta autovía.

Una contundente oposición social. Por ello son muchos los colectivos y organizaciones que se están movilizando contra ella, a fin de demostrar lo claramente perjudicial e insostenible tanto a nivel económico, como social y ecológico de este proyecto. La “Plataforma M50 No” de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes denuncia que es un proyecto salvaje, que arrojará cientos de kilos de contaminación al entorno natural de Dehesa Boyal de San Sebastián de los Reyes. Además afectará acústicamente a las viviendas cercanas de las dos localidades, destruirá dotaciones de gran valor básicas para estas ciudades y sobre todo –chocando de lleno con el supuesto objetivo del proyecto- arrojará mucho más tráfico y atascos para estas zonas. Esta Plataforma está recogiendo alegaciones entre sus ciudadanos contra el proyecto, habiendo recogido en apenas 20 días unas 2000.

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